Anna & Braulio tenían muy claro que su boda sería en el pueblo dónde veranean y se conocieron. Si algo tiene de mágico Galicia es sus tonos verdes que gracias a la lluvia se mantienen intensos casi todo el año.
Quién iba a pensar que en O Barco de Valdeorras a principios de septiembre iba a llover… pero ni la lluvia pudo con sus ganas de celebrar y de disfrutar con su gente.
Si hay algo que me gusta de mi trabajo como fotógrafo de bodas, es la ilusión que desprenden siempre las parejas.